El acondicionamiento de este espacio directamente sobre la vega de inundación del río ha sido posible gracias a la drástica disminución de las riadas anuales que dejaban al descubierto su condición de depósito de materiales aluviales arrastrados por la corriente.
La plantación de la alameda, la construcción de una pasarela sobre el Duero que comunica la localidad con el sendero de gran recorrido que discurre por la otra orilla y la amenidad que confiere el cauce de agua y el pinar, se unen para hacer de este espacio una zona recreativa de gran valor social y paisajístico.
Desde este lugar se accedía a un pozo de nieve
o nevero que se encontraba en un lugar
más elevado, excavado en el sustrato arcilloso al modo de una bodega. En él se guardaba hielo y nieve recogido en invierno para poderlo utilizar en los meses más cálidos. Desconocemos la fecha de su construcción, pero la primera noticia documental es de 1671 en el que se arrienda su uso. En la actualidad está prácticamente arruinado.